Todos queremos que en nuestras empresas todo funcione a la perfección, que todos los procesos estén lo más automatizados posible y que todo funcionen como un reloj.
Yo representaría a una empresa como un gran iceberg, todas las infraestructuras (almacenes, oficinas, etc) e activos materiales (estock) serian la parte visible, lo que todo el mundo ve, son nuestra carta de presentación al exterior. En esta parte siempre hay más dinero disponible para poder invertir, siempre nos parece poco y pensamos que como más, mejor.
Pero entonces tenemos la parte no visible del iceberg, aquella que no es tan visible pero que realmente es la que hace que nuestra empresa funcione mejor o peor. Actualmente esta parte interna depende totalmente de distintas tareas que están automatizadas en nuestros sistemas informáticos.
Aunque hay muchas empresas que empiezan a utilizar herramientas de Big Data para analizar distintos procesos y a invertir en la mejora de sus sistemas informáticos, pienso sinceramente que todavía hay mucho camino por recorrer.
Para poder mejorar el nivel de servicio a los clientes, tanto los fabricantes como mayoristas, realizan importantes inversiones en grandes almacenes y con miles de referencias disponibles, pero yo me pregunto:
¿De qué sirve disponer de almacenes de gran capacidad si no optimizamos el surtido de productos que tenemos dentro?
¿De qué sirve disponer de muchos productos si no analizamos si nuestros clientes los pueden encontrar fácilmente o no?
Debemos concienciarnos de que la inversión en tecnologías de la información hará mucho más rentables nuestras empresas. Invertir en la parte no visible del iceberg de nuestras empresas, aunque cueste creerlo, puede tener un retorno de la inversión 10 veces superior al de las inversiones que realizamos en la parte más visible y tangible.